Hasta la fecha, uno de los procesos que más me llaman la atención, que me parecen curioso de forma extrema y difícil a partes iguales es: el teñido con índigo. Tengo algún libro de los que compré al principio de empezar a teñir que describen de forma muy básica este proceso, pero creo que para hacer esto hay que tomarse las cosas con más calma y aprender y aprender lo más posible antes de ponerse con ello. Sobre todo porque hay muchas variables que influyen en la preparación del “baño” del tinte con las que hay que estar familiarizado.

De los libros que he ojeado durante este tiempo que tratan el tema, el que me ha parecido más descriptivo, ameno y bonito (tiene unas fotos espectaculares) es Indigo: cultivate, dye, create. En él se puede seguir paso a paso desde el crecimiento de la planta, la recolección, preparación del baño… hasta proyectos fáciles que se pueden hacer en casa.

A continuación paso a contarte todo lo que puedes encontrar dentro de este libro.

En la foto superior, puedes ver a los autores: Kerstin Neumüller y Douglas Luhanko, dos enamorados del índigo que aprendieron de forma autodidacta.

El libro comienza con una profunda descripción de las diferentes especies de índigo que hay, dónde se cultivan, cuál es el momento justo para recoger las hojas. También describe cómo hacer la pasta de índigo o la solución para poder teñir con él.

Antes de comenzar a teñir hay que saber que se pueden preparar diferentes baños para el índigo, que el pH influye en el resultado final y que tienes que tomar una serie de precauciones (antes y durante el teñido) para que el proceso sea seguro y no causes ningún daño a tu salud, ya que estamos utilizando en algunos casos químicos, ni en el medio ambiente.

El mejor apartado del libro, para mí, es en el que se describen, a modo de receta de cocina (es literalmente como una receta de un bizcocho), los diferentes baños que se pueden preparar para teñir, tanto con índigo fresco como sintético (ya que hay países en los que no es zona de cultivo y es muy difícil encontrarlo en forma de hojas frescas), si estamos utilizando compuestos químicos o queremos hacerlo lo más natural posible, dependiendo del tipo de fibra que estemos usando, material e instrumental.

Del índigo podemos extraer más colores, aparte del azul, sólo hay que saber con qué componentes podemos combinar éste para poder extraer más tonalidades como: verdes, amarillentas, rojizas, etc.

Por último, hay un apartado de proyectos para poder ir experimentando con todo lo aprendido en capítulos anteriores.

Diferentes tipos de técnicas japonesas como: el shibori, que nos permite teñir la tela haciendo diferentes estampados sobre ella. El shashiko, para bordar estampados sobre la tela teñida de índigo. O el ikat, también para crear estampados sobre la tela pero con métodos diferentes al shibori.

Aparte de las técnicas japonesas, también hay proyectos sobre cómo hacer degradados de color, patchwork, etc.

Es un libro muy completo si quieres profundizar en el teñido con índigo y sus diferentes aplicaciones. ¡Tiene mil y una posibilidades!