¡Por fín, por fín! Después de enseñaros muchos muchos pares de calcetines en el blog, hoy os voy a enseñar cómo los bloqueo. Si es verdad que igual el post llega un poquito tarde, pero en mi defensa diré que preparar toda la parafernalia de hacer las fotos del blog con un bol lleno de agua añadido a que tengo las manos un poquito de mantequilla y que lo que acabe mojando un poco todo… Era una idea que me disuadía un poco. Normalmente el proceso del bloqueo lo hago en el lavadero de casa con barreño de plástico incluido, en un entorno seguro (jeje) no de una manera tan “Pinterest“.

Es cierto que no hace falta bloquear los calcetines cuando los terminas, que es más un aspecto estético que otra cosa. Pero cuando el calcetín tiene calados, trenzas, etc y sale un poco arrugadete de las agujas, lo bloqueas y luce el doble, el punto se iguala un poquito más y queda más bonito. Pero como os digo, es más “chapa y pintura” que otra cosa.

En este post os enseño el proceso que sigo yo para hacer todo el bloqueado. Espero que os guste y que os sirva para futuros pares de calcetines ;-). También antes de despedirme y dejaros con el resto del post (que tenéis haciendo click en “Sigue leyendo“), os recuerdo que el día 1 de Marzo empezamos KAL del jersey “Mon Manet“, tenéis toda la información aquí. Muchas gracias por estar al otro lado y ¡feliz fin de semana!

Lo primero que necesitamos preparar para bloquear es: un bol con agua fría (o el barreñito de toda la vida) y, o bien un poco de suavizante (el que tengáis en casa os sirve), o jabón para bloquear.

Hace poco compré un frasquito de Soak, un jabón que es totalmente ecológico y que no necesita aclarado. No está indicado especialmente para bloquear, pero es para prendas delicadas y tejidos de punto que no se pueden meter en la lavadora. Todavía no lo he probado, pero el hecho de que no necesite aclarado me encanta.

No suelo lavar los calcetines cuando los bloqueo, pero si me gusta mojarlos antes de ponérmelos porque, a veces, la lana ha perdido un poco de color en el agua.

Una vez hecha la mezcla en el agua, metemos los calcetines y dejamos que se empapen bien.

Cuando los saquemos, hay que retirar el exceso de agua, pero no retorciendo la prenda, porque de esta manera alteraremos su forma, sino apretando.

Una vez que los calcetines no suelten ya agua en exceso. Los ponemos encima de una toalla extendidos, y doblamos la misma sobre ellos, cubriendo éstos por completo.

Ahora, el paquetito que hemos formado, lo apretamos para que el agua que todavía queda en los calcetines lo empape la toalla. La idea es dejar los calcetines lo más secos que podamos, que se queden húmedos como cuando sacamos la ropa de la lavadora.


Después, retiramos la toalla. Si todavía creemos que siguen demasiado mojados, podemos repetir el paso anterior. Ahora es el momento de colocar los bloqueadores en los calcetines y dejarlos secar en plano. Una vez secos, tendrán la forma perfecta 😉